Limpiar el piso, fregar la cocina, estudiar, sacar al perro, aprender a tocar el piano, casarse… Desde fuera se les puede ver como gandules, holgazanes o faltos de voluntad, pero la verdad es que suelen dejarlo todo para mañana, tratando de rehuir siempre las responsabilidades.
No importa cuál sea la tarea que se propongan hacer o que se les proponga hacer, por muy importante que ésta pueda ser. Incluso parece que una extraña fuerza “paralizante” les obliga a postergar las tareas.
Pero la realidad es que son personas a las que todo aquello que implique una toma decisión, y la consecuente acción, tiende a generarles una gran cantidad de conflictos internos.
Rehuir las responsabilidades y dejarlo todo para el día siguiente
Aquellos sujetos que tratan siempre de rehuir las responsabilidades son personas que, por causas diversas, tratan de evitar el hoy, el presente, y tienden a envolverse en un negativismo y una autoestima baja que les lleva precisamente a no emprender nada.
Sienten miedo al ridículo, a no estar a la altura de las circunstancias, temen lo desconocido, tienen unas expectativas exageradas, a la vez que sienten mucho miedo al fracaso.
Además, son personas que también se encuentran faltos de energía, por lo que un simple trámite o una sencilla tarea les supone un esfuerzo ciertamente sobrehumano.
Medidas para acabar con la postergación
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Haz una lista de todas aquellas cosas que tengas pendientes por hacer, y que un día las dejaste postergadas. Te ayudará a reorganizarte, a actuar y a limpiar la mente.
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Elimina de tu vocabulario palabras como “mañana”, “quizás”, o incluso la frase “espero que salga bien”.
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Empieza por aquello que te pueda causar menos placer. Por ejemplo dedica las primeras horas del día a estudiar, o a hacer aquello que te resulte más pesado. Te costará menos.
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Si cumples con alguna tarea, por sencilla o simple que sea, prémiate, te lo mereces.
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