Cuando tienes falta de vista, es cierto que muchas ópticas te ofrecen dos soluciones básicas: o bien utilizar gafas de contacto, o bien utilizar una gran variedad de lentes de contacto (también conocidos como lentillas).
Como su propio nombre indica, las lentes de contacto son lentes que pueden ser de dos tipos: o correctoras o pura y exclusivamente cosméticas.
Se ponen en el ojo de manera sencilla, más concretamente sobre sobre la capa lagrimal que cuida y lubrica la córnea. Pero dado que son productos sanitarios, deben cumplir con todos sus requisitos.
Lentes de contacto: correctoras o cosméticas
Dado que las lentes de contacto son muy delicadas, las personas que las utilizan diariamente deben tomar una serie de precauciones o cuidados básicos.
Por ejemplo, es recomendable que antes de utilizarlas, siempre se debe lavar las manos bien con agua tibia y un jabón suave neutro, secándolas bien para evitar que quede algún residuo del jabón en ellas y que luego nos molesten los ojos o piquen.
Las lentes siempre deben ser guardadas en un estuche lleno de una solución multipropósito estéril, que ayudan a desinfectarlas correctamente, mientras que el líquido debe ser cambiado aproximadamente a los 10 días.
Por suerte, a día de hoy nos podemos encontrar con una interesantísima variedad de tiendas ópticas que te ofrecen un asesoramiento profesional y gratuito para ayudarte a elegir las mejores lentes.
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