Las vacaciones son un periodo de tiempo que todas las personas anhelamos, para descansar, para disfrutar y para desligarnos de cualquier obligación.
Las vacaciones provocan que aparquemos nuestras obligaciones a un lado de nuestra vida, el trabajo, la responsabilidad con la familia, la rutina todo eso provoca situaciones de estrés, ansiedad, desesperación porque parece que nunca llegamos y no existen las horas suficientes para poder atender a todo.
Las personas solemos esperar con impaciencia la llegada de esos días que pretendemos que sean los más libres de todo compromiso, que nos aporte equilibrio, salud y por supuesto que nos haga recargar pilas para volver al trabajo con el doble de fuerzas.
Debemos administrar bien nuestras vacaciones, no podemos pretender deshacernos de todo cuanto nos rodea y escabullirnos de obligaciones y deberes que hasta en vacaciones son necesarios cumplir.
Si decidimos quedarnos en casa rodeados de la familia, lo mejor es limitarse a descansar, a «desconectar» del trabajo, de las preocupaciones mayores que alguna que otra noche nos quitan el sueño y permitirnos un respiro.
Estar rodeados de la familia en periodos de descanso es muy satisfactorio porque se incrementa el tiempo para jugar con los niños, la intimidad con la pareja e incluso para uno mismo, una buena opcion es practicar yoga o meditacion durante unos minutos que proporciona autoestima, seguridad y tranquilidad.
Si por el contrario nos animamos a realizar algun viaje, tiene que resultar gratificante que podamos aprovechar para intruirnos en distintos paises, personas y costumbres y así enriquecer nuestra propia cultura interior.
Debemos en cualquier caso evitar una actitud negativa con la vuelta al trabajo, debemos ser realistas y saber que en algun momento las vacaciones tienen un fin y llevar con madurez los cambios que se producen de salir de las vacaciones para meternos de lleno en el trabajo, pues sentirnos mal, desganados y negativos puede conllevar al sindrome postvacacional.
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